¿Qué es un ataque hemorroidal?
Un ataque hemorroidal se caracteriza por la inflamación e hinchazón de las venas de la región anal, que puede causar dolor, sangrado y molestias notables. Esta afección suele desencadenarse por estreñimiento, presión durante la defecación o un estilo de vida sedentario.
¿Cuáles son los síntomas de un ataque hemorroidal?
Los síntomas comunes de un ataque hemorroidal incluyen:
- Dolor intenso en la zona anal, sobre todo al defecar.
- Sangrado indoloro, que a menudo se observa en el papel higiénico.
- Sensación de quemazón o picor alrededor del ano.
- Pueden formarse uno o varios nódulos sensibles alrededor del ano.
¿Cómo puede aliviarse rápidamente un ataque hemorroidal?
Para un alivio rápido, considere los siguientes métodos:
- Aplicar hielo: El hielo puede reducir la inflamación y el dolor. Aplique una bolsa de hielo envuelta en un paño suave directamente en la zona afectada varias veces al día durante 15 minutos.
- Baños de asiento calientes: Sumerja la zona anal en agua caliente de 15 a 20 minutos, varias veces al día. Esto puede ayudar a reducir la inflamación y aliviar el dolor.
- Cremas antihemorroidales: El uso de cremas o supositorios recetados por un profesional sanitario puede ayudar a reducir la inflamación y controlar los síntomas.
- Mantener la higiene: Limpiar suavemente la zona anal después de cada deposición con agua tibia o toallitas sin alcohol para evitar irritaciones.
- Controlar el estreñimiento: Seguir una dieta rica en fibra, beber mucha agua y tomar laxantes suaves por recomendación médica para facilitar las deposiciones y reducir la presión sobre las hemorroides.
¿Cómo pueden prevenirse las crisis hemorroidales?
Los ataques de hemorroides pueden prevenirse adoptando las siguientes prácticas:
- Aumentar la ingesta de fibra: Comer más fruta, verdura, cereales integrales y legumbres para facilitar las deposiciones y prevenir el estreñimiento.
- Hidratación: Beba al menos 8 vasos de agua al día para ayudar a mantener la regularidad de los movimientos intestinales.
- Ejercicio regular: La actividad física puede reducir la presión sobre las venas de la región pélvica y mejorar los movimientos intestinales.
- Evitar permanecer sentado demasiado tiempo: haga pausas regulares y limite el tiempo que pasa sentado para reducir la presión sobre la pelvis.
- Control del peso: Mantenga un peso saludable para reducir la presión sobre las zonas pélvica y anal.
¿Cuándo se debe consultar a un médico por un ataque hemorroidal?
Es fundamental consultar a un profesional sanitario si :
- El dolor persiste a pesar del tratamiento casero.
- El sangrado se vuelve abundante o no se detiene.
- Experimenta un dolor extremo que interrumpe su rutina diaria.
- Aparecen signos de infección, como enrojecimiento excesivo, calor o pus.
¿Cuál es la diferencia entre hemorroides internas y externas?
Las hemorroides internas se localizan en el interior del recto y generalmente no son visibles. Pueden no ser dolorosas porque allí no hay receptores del dolor, pero pueden sangrar al evacuar las heces. Las hemorroides externas, en cambio, se sitúan bajo la piel que rodea el ano y pueden ser muy dolorosas, sobre todo cuando se inflaman o cuando se forma un coágulo de sangre en su interior.
¿Qué factores pueden agravar las crisis hemorroidales?
Hay una serie de factores que pueden agravar las hemorroides y provocar crisis, por ejemplo
- Estreñimiento o esfuerzo al defecar: aumenta la presión en las venas hemorroidales.
- Embarazo: el aumento de la presión en el abdomen puede empeorar las hemorroides.
- Edad avanzada: Los tejidos que sostienen las venas del recto y el ano pueden debilitarse con la edad, aumentando el riesgo.
- Estar sentado durante mucho tiempo: Estar sentado durante mucho tiempo puede aumentar la presión sobre las venas hemorroidales.
- Obesidad: El sobrepeso ejerce una presión adicional sobre las venas abdominales y pélvicas.
¿Se pueden tratar las hemorroides con remedios naturales?
Sí, se pueden utilizar algunos remedios naturales para tratar los síntomas de las hemorroides:
- Aloe vera: Conocido por sus propiedades antiinflamatorias, el aloe vera puede ayudar a aliviar la inflamación y la irritación.
- Aceite de coco: Puede aplicarse tópicamente para reducir la inflamación e hidratar la zona afectada.
- Infusiones de manzanilla: Utilizadas como baños de asiento, pueden ayudar a reducir la inflamación y calmar el picor.
- Compresas de vinagre de sidra: Pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor cuando se aplican externamente.
No obstante, es importante consultar a un profesional sanitario antes de iniciar cualquier tratamiento natural para asegurarse de que es adecuado y seguro para su situación concreta.
¿Cómo pueden ayudar los cambios dietéticos a prevenir las crisis hemorroidales?
Seguir una dieta rica en fibra es fundamental para prevenir las crisis hemorroidales. La fibra ayuda a
- Mejorar la digestión: Aumenta el volumen de las heces y facilita su evacuación, reduciendo así la presión sobre las hemorroides durante los movimientos intestinales.
- Reducir el estreñimiento: Evitar el estreñimiento reduce la necesidad de hacer esfuerzos durante las deposiciones, que es un factor importante en la formación de hemorroides.
Los alimentos en los que hay que centrarse son las verduras verdes, la fruta fresca, los cereales integrales y las legumbres. También es aconsejable beber suficiente agua para que las fibras actúen eficazmente.
¿Cuándo es necesaria la cirugía de las hemorroides?
La cirugía puede plantearse cuando las hemorroides causan dolor intenso, sangrado abundante o no responden a los tratamientos conservadores. Las opciones quirúrgicas incluyen:
- Ligadura elástica: consiste en colocar una pequeña banda elástica alrededor de la base de la hemorroide para cortar el flujo sanguíneo, provocando su caída.
- Hemorroidectomía: la extirpación quirúrgica de las hemorroides puede realizarse con anestesia general o local.
- Fotocoagulación por infrarrojos: técnica que utiliza calor para provocar cicatrices y ayudar a reducir las hemorroides.