Sensación de hinchazón, piernas pesadas, tobillos marcados al final del día... La retención de líquidos puede ser un problema discreto, pero tiene un profundo impacto en la comodidad cotidiana. Común en las mujeres, suele ser el resultado de un desequilibrio circulatorio u hormonal. En Soin-et-Nature, descubra soluciones homeopáticas suaves y específicas para ayudar a su organismo a eliminar líquidos de forma más eficaz, sin efectos secundarios. Un enfoque natural para aliviar la sensación de hinchazón y recuperar más ligereza en sus movimientos.
La retención de líquidos afecta más a las mujeres que a los hombres. Las causas son múltiples y pueden variar de una persona a otra, o incluso acumularse en la misma persona. La retención de líquidos o edema significa que el organismo ha almacenado más agua de la que elimina. Como consecuencia, los vasos sanguíneos se dilatan, dejando escapar el agua hacia los tejidos y creando la sensación de hinchazón y dolor. Dedos hinchados, pantorrillas que doblan su tamaño y piernas pesadas son consecuencias de la retención de agua. Esta disfunción es extremadamente frecuente.
A menudo confundida con la celulitis, la retención de líquidos provoca hinchazón. Con la llegada del calor, la retención de líquidos y la celulitis se convierten en un problema importante para muchas mujeres. Pero no podemos abordar este problema sin analizar las causas de su aparición.
Bajo nuestra piel, tenemos un panículo de capa adiposa sostenido por tejido reticular y colágeno, y vascularizado por la microcirculación que suministra (o sustrae) energía en forma de grasa al organismo, en función de sus necesidades. Sin embargo, el equilibrio fisiológico puede verse alterado en ocasiones por factores externos.
En tales casos, las células del tejido adiposo se rompen y liberan triglicéridos en los espacios intercelulares, comprimiendo la red de microcirculación y perjudicando gravemente su eficacia, lo que provoca edemas y piel de naranja. Los sistemas circulatorio y linfático también tienen la tarea de drenar líquidos y productos de desecho metabólicos. El deterioro de estos sistemas facilita la retención de líquidos y toxinas en los tejidos y, en consecuencia, los procesos inflamatorios en el tejido adiposo. Las personas con celulitis suelen tener también problemas circulatorios periféricos, como insuficiencia venosa con drenaje linfático insuficiente. La retención de agua también puede influir en la presencia de celulitis.
En homeopatía, es esencial diferenciar las causas y las manifestaciones de la celulitis y de la retención de agua, ya que su tratamiento requiere un enfoque personalizado dirigido al estado específico del paciente. La identificación precisa de estos desequilibrios permite proponer los remedios adecuados, actuando sobre los mecanismos fisiopatológicos propios de cada caso.
Los mecanismos de aparición de esta forma de celulitis, resultante de una acumulación de grasa (adipocitos) en los tejidos subcutáneos, son bien conocidos. Esta afección afecta principalmente a las mujeres y puede ser el resultado de uno o varios factores, los más comunes de los cuales son: la herencia, una ingesta excesiva de calorías (demasiada comida o una dieta demasiado rica en hidratos de carbono y grasas), desequilibrios hormonales (en particular, un exceso de estrógenos), una circulación venosa y/o linfática inadecuada .
Cabe señalar, aunque no sea muy bueno para la moral, que la celulitis moderada, también conocida como celulitis fisiológica, afecta a alrededor del 95% de las mujeres. Aparece por primera vez en la pubertad, en su forma firme y sensible, con una piel que se enrojece y granula progresivamente en los muslos y las nalgas. Desde el final de la adolescencia hasta la menopausia, la celulitis se vuelve blanda y flácida, con la formación de bultos subcutáneos. Es lo que se conoce como hoyuelos o piel de naranja.
Por supuesto, existe una predisposición genética (hereditaria), pero la obesidad y el sobrepeso también son considerados por muchos un factor de riesgo importante y, de hecho, aunque las mujeres delgadas no están exentas de esta patología, sus manifestaciones son más limitadas. En concreto, hablamos de piernas hinchadas y dolorosas en las que los líquidos acumulados no pueden subir a la parte superior y se estancan en los miembros inferiores.
La retención de líquidos no es sinónimo de celulitis, pero sin duda es una condición que puede contribuir a su aparición. La retención hídrica es un desequilibrio entre los sistemas venoso y linfático y se caracteriza por la presencia de un edema subcutáneo generalizado, debido a un drenaje insuficiente de líquidos, favorecido por la tendencia de las células a retener líquidos, toxinas y sales minerales.
La retención de líquidos suele estar causada por un desequilibrio entre dos sales minerales específicas, el potasio y el sodio, que agravan la escasa eficacia del sistema linfático en su actividad, afectando también a los miembros superiores y a la zona abdominal. Las causas que determinan la aparición de la retención de líquidos suelen estar relacionadas con una mala alimentación y un estilo de vida sedentario. Si, además de los problemas de microcirculación, se añade una verdadera celulitis, es señal de que también pueden intervenir otros factores: desequilibrios hormonales (como el exceso de estrógenos), toma de medicamentos (como los anticonceptivos orales), periodos de mucho estrés y nerviosismo.
La alimentación desempeña un papel fundamental en este desequilibrio, como factor causal y como posible remedio. Por lo tanto, es importante determinar si la hinchazón edematosa está relacionada con malos hábitos alimentarios y/o exceso de peso, para poder tomar medidas. Por ejemplo, el exceso de sodio aumenta la retención de agua, al igual que el consumo excesivo de calorías.
Desde el punto de vista dietético, es una buena idea buscar la ayuda de un especialista en alimentación competente para establecer el verdadero equilibrio calórico y la elección de un enfoque dietético adecuado para favorecer la microcirculación, la reducción del estado inflamatorio y un metabolismo eficaz.
Si la retención de líquidos afecta a todo el cuerpo.
Posología: 3 gránulos, 3 veces al día.
Para utilizar en caso de retención de agua en la mitad inferior del cuerpo, que contrasta con la pérdida de peso en la mitad superior, en sujetos que siempre tienen sed y prefieren la sal al azúcar. En este caso, la retención de agua se ve agravada por el calor y por el mar.
Posología: 3 gránulos, 3 veces al día.
Natrum sulfuricum 9CH :
Indicado en casos de infiltración crónica de todo el cuerpo con hipersensibilidad a la humedad, tendencia a menudo depresiva, en sujetos tímidos e impresionistas. Empeora en zonas húmedas, incluso junto al mar.
Posología recomendada: 3 gránulos 3 veces al día.
Recomendado si las filtraciones de agua se asocian a un engorde y a un impasto general, con edema de los pies por la noche y tendencia a las verrugas. Esta condición se encuentra a menudo después de la vacunación. Si la retención de agua es sólo en las piernas.
Posología: 3 gránulos 3 veces al día.
Recomendado en caso de escalofríos con sensación de frío glacial en los huesos, edema de manos y antebrazos y sudoración difícil.
Dosis recomendada: 3 gránulos 3 veces al día.
Indicado en casos de obesidad con congestión linfática, ausencia de transpiración, escalofríos, metabolismo lento, en sujetos inactivos y frioleros.
Dosis recomendada: 3 gránulos 3 veces al día.
Utilizar si las extremidades están frías, cianóticas, con edema de las extremidades, en particular antes de la menstruación.
Es posible combinar el tratamiento homeopático de la retención de agua con 50 gotas de Coryllus Avellana 1DH y Betula Alba 1DH a tomar por la noche hasta la mejoría.
Todos los consejos sobre el uso de la homeopatía se basan principalmente en el libro "L'homéopathie de A à Z" del Dr. Jean-Louis Masson, publicado por Marabout, 2003. Los consejos que encontrará en esta página son el resultado de la investigación de nuestros farmacéuticos a través de la literatura médica y no dependen de los laboratorios Boiron. Además, estos consejos no sustituyen en ningún caso a los de su médico homeópata. No puede sustituir a una consulta médica. Tampoco debe interrumpir nunca un tratamiento en curso ni modificar usted mismo la posología.
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