Su nombre latino hippocastanum significa "castaño de indias", porque los turcos lo administraban como estimulante a sus perezosos caballos; reconocieron en el fruto del castaño la propiedad de curar la calvicie prematura. Este árbol fue importado de Constantinopla a Francia en 1615 por el Dr. Bachelier por su curiosidad botánica, relegándolo así al rango de árboles ornamentales. Luego se introdujo en toda Europa. En el siglo XVIII, su corteza es famosa contra las fiebres, se utiliza cuando falta la quina. A principios del siglo siguiente se constató que la corteza tenía poca acción febrífugo pero que era astringente y por tanto encontraba indicación en diarreas, por vía oral, y como antiséptico en aplicación local sobre úlceras y heridas gangrenosas. En la medicina popular, el uso medicinal está bien documentado. Los extractos alcohólicos se han utilizado por sus efectos venotónicos desde principios del siglo XX, en particular en las insuficiencias de la microcirculación de las vísceras como las varices del esófago, la pelvis o las hemorroides. Externamente, la semilla se usa para hematomas y heridas no penetrantes.
La tintura estabilizada de castaño de indias figura en la farmacopea francesa. La semilla y la corteza, dispensadas en farmacias, cuentan con una monografía comunitaria de la EMA y están incluidas en la lista de plantas medicinales de la Farmacopea Francesa. Están autorizados como ingredientes en complementos alimenticios en Francia.