Los hematomas son un fenómeno que muchos de nosotros hemos experimentado al menos una vez en la vida. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre ellos? He aquí una exploración detallada para responder a las preguntas más frecuentes.
Un hematoma es una decoloración de la piel producida por una pequeña lesión de los vasos sanguíneos situados bajo la superficie de la piel. Cuando estos vasos se dañan, la sangre se filtra al tejido circundante, lo que provoca una decoloración que va del negro azulado al amarillo verdoso mientras el hematoma se cura.
Los hematomas se forman cuando el cuerpo sufre un choque o una presión suficiente para romper los pequeños vasos sanguíneos que se encuentran bajo la piel. Esta rotura provoca una fuga de sangre, que se acumula y coagula bajo la piel, creando el aspecto característico de un hematoma.
Los síntomas de un hematoma son
Una decoloración de la piel, que pasa del rojo al negro, al azul y luego al amarillo verdoso.
Dolor leve o moderado al tacto.
Hinchazón leve en la zona afectada.
El tratamiento de un hematoma suele consistir en medidas sencillas en casa:
Aplique una compresa fría inmediatamente después de la lesión para reducir la hinchazón.
Elevar la zona lesionada por encima del nivel del corazón para reducir la hemorragia.
Utilizar antiinflamatorios o analgésicos para controlar el dolor.
Pasadas 48 horas, aplique una compresa caliente para acelerar la absorción de la sangre.
Aunque es difícil prevenir los hematomas por completo, algunos consejos pueden reducir su frecuencia:
Utilizar ropa protectora cuando se realicen actividades de riesgo.
Mejorar la alimentación, en particular aumentando la ingesta de vitamina C y hierro para fortalecer los vasos sanguíneos.
Tener cuidado en las actividades cotidianas para minimizar los golpes y la presión sobre la piel.
Es aconsejable consultar a un médico si:
El hematoma es inusualmente grande o doloroso.
No mejora al cabo de dos semanas.
Va acompañado de fiebre.
Tiene hematomas frecuentes o inexplicables, lo que podría indicar un problema subyacente más grave.
Aunque los términos hematoma y moratón se utilizan a menudo indistintamente, describen dos fenómenos diferentes. Un hematoma es una decoloración de la piel debida a la salida de sangre de vasos sanguíneos dañados. Un hematoma, en cambio, es una hinchazón o masa de sangre coagulada fuera de los vasos sanguíneos, generalmente causada por una lesión más grave. Los hematomas pueden requerir atención médica, sobre todo si son dolorosos o si están en zonas sensibles, como alrededor de los ojos o debajo de las uñas.
Sí, en algunos casos la aparición frecuente o fácil de hematomas puede ser signo de una enfermedad subyacente. Por ejemplo, trastornos hemorrágicos como la hemofilia, enfermedades hepáticas o ciertas formas de cáncer. Una carencia de vitaminas, como la C o la K, también puede hacer que los vasos sanguíneos sean más frágiles y propensos a romperse. Si nota un aumento de la frecuencia o gravedad de los hematomas sin causa evidente, es importante que consulte a un médico para que le haga un examen más detallado.
Hay varias medidas que puede tomar para acelerar la curación de un hematoma:
Reposo: Evitar la tensión en la zona lesionada puede ayudar a reducir el flujo sanguíneo a la región y acelerar la curación.
Hidratación: Beber mucha agua ayuda al organismo a eliminar más rápidamente los productos de desecho y a reducir la inflamación.
Nutrición: Comer alimentos ricos en vitamina C y hierro puede ayudar a fortalecer los vasos sanguíneos y mejorar la cicatrización.
Aplicar calor: Después de las primeras 48 horas, aplicar una compresa caliente puede ayudar a disipar la sangre acumulada.
Se pueden utilizar varios remedios naturales para tratar los hematomas:
Árnica: Esta planta suele utilizarse en forma de gel o crema para reducir la inflamación y acelerar la curación.
Vinagre de sidra: Aplicar una mezcla diluida en la zona afectada puede ayudar a disipar la sangre.
Aloe vera: Conocido por sus propiedades calmantes, el aloe vera puede reducir la inflamación y favorecer la cicatrización.
Con la edad, la piel se vuelve más fina y los vasos sanguíneos más frágiles, lo que puede provocar un aumento de los hematomas. Aunque es difícil prevenir por completo los hematomas con la edad, algunas medidas pueden ayudar a reducirlos:
Proteger la piel: Utilice mangas y pantalones largos para proteger los brazos y las piernas de los golpes.
Mejorar la alimentación: Asegúrese de que su dieta contiene suficientes vitaminas y minerales esenciales para mantener la piel y los vasos sanguíneos sanos.
Ejercicio regular: La actividad física puede mejorar la circulación sanguínea y la salud en general, reduciendo el riesgo de lesiones que provoquen hematomas.